Por Annel R. Ramírez Ramírez e Yris Mª Carbuccia Duvergé:
Descripción (continuación)
La situación en estas fiscalías, si tomamos
en cuenta las condiciones sociales que las rodean, no es la mejor. Deben manejar una población extensa, que cada día resuelve
sus conflictos como puede, son poblaciones que están tomando en cuenta la importancia de denunciar y de resolver los inconvenientes
por la vía diplomática desde hace muy poco. Por lo menos la Fiscalía de los Guandules se inauguró hace escasos meses y a pesar
de que estaba la de Gualey, una sola fiscalía no daba abasto para tantas personas y mucho menos si no se cuenta con los recursos
necesarios. Eso sin mencionar que la fiscalía de Gualey se revistió de un carácter humano muy recientemente, específicamente
con la inauguración del Nuevo Código Procesal Penal (a pesar de que fue promulgado el 19 de julio del año 2002, no fue puesto
en práctica sino hasta finales del año 2004).
Al llegar a la fiscalía de Los Guandules, se evidenciaron características de una instalación
recientemente inaugurada que cuenta con un personal que a excepción de la secretaria (ella era nueva), había sido trasladado
de otras dependencias fiscales. Esa condición parece haber influido en el desempeño de cada uno; por un lado vemos a una persona
que se queja constantemente de las limitaciones físicas, de la precariedad del entorno y del grado cultural de las personas
que normalmente requerían de sus servicios; mientras que por el otro se percibe a un individuo entusiasmado con las oportunidades
que le ofrecían las instalaciones. Luego de un tiempo es comprensible el por qué de dichas diferencias en cuanto a criterios:
la primera fue trasladada de una oficina del Instituto de la Familia y el segundo de un pequeño escritorio ubicado dentro
del destacamento de la localidad. En esto se evidencia que las condiciones de trabajo afectan el desempeño del personal.
Es oportuno entonces, describir las condiciones físicas de la fiscalía:
Hay un baño
limítrofe para la cantidad de personal que labora allí, eso sin mencionar el número de personas que asiste diariamente a dicha
fiscalía.
La cocina no está equipada y tampoco hay un personal de limpieza, la secretaria tenía que
limpiar en las ocasiones en que el polvo dificultaba la permanencia en el área.
Sí hay escritorios, más de los necesarios, e incluso cuentan con un espacio amplio, ya que
podrían fácilmente agregar por lo menos dos cubículos más. Además de que las oficinas de la fiscal encargada en problemas
familiares y del coordinador son relativamente amplias.
El espacio destinado para el médico legista, no es el apropiado. A pesar de que consta de
un escritorio al igual que el resto, su función requiere de un área mejor adecuada para sus labores. Léase: recibir pacientes,
evaluar lesiones, indagar en las causas de dichas lesiones...procedimientos que necesitan de cierta privacía. Ni siquiera
cuenta con una camilla ó con una indumentaria propia de un médico (guantes, bata, mascarilla, etc.).
No es de extrañar que los casos de abuso sexual deban ser referidos, es más, en esas condiciones
de ninguna manera podrían ser tratados allí. Esto representa un sesgo en lo que se refiere al manejo de los casos que se presentan
en la población circundante: por un lado la sobrepoblación en la oficina de la Mujer Maltratada (allí se reciben los casos
de abuso) factor que impide que se ofrezca un servicio adecuado y por otro, el irrespeto hacia la víctima que confía en que
se le dará un trato adecuado y se someterá a la justicia al culpable del hecho.
En lo que se refiere a las funciones, pudimos apreciar la falta de personal con relación
a la cantidad de casos que se reciben. Actualmente sólo trabajan dos fiscales y la secretaria, ya que el médico legista también
presta servicio en otra fiscalía. A pesar de que cuentan con un policía y con un guardaespaldas del fiscal-coordinador, no
cuentan con la ayuda de un alguacil que se haga cargo de llevar las citaciones y ése es una de sus fallas; el hecho de que
el querellante sea quién tiene que llevar la cita lo pone en riesgo y no garantiza la efectividad del proceso por razones
obvias. Sin embargo, con relación a ese riesgo, la opinión de los fiscales fue “el proceso se cumple, ya que en la
mayoría de los casos los citados acuden y hasta ahora no ha ocurrido ningún percance”. A nuestro parecer, pierde
importancia el porcentaje de personas que se presentan a la cita si se desconoce la cantidad de personas que denunciaron.
Ya que si se ausentan, simplemente se desestima la denuncia, no mandan a una persona a comprobar el estado en que se encuentra
el querellante ó la razón por la que no acudió a la cita.
Por otra parte tampoco cuentan con la ayuda de una psicóloga clínica que se especialice
en casos de violencia de género y esto es una falla monumental. Con violencia de género nos basamos en la definición propuesta
por la Escuela de Formación Socioeconómica y Cultural en uno de sus cuadernos educativos distribuido en el 2002: “la
violencia de género existe cuando alguien, sintiéndose facultado por sus privilegios de género y buscando mantenerlos, utiliza
fuerza física o autoridad para imponer sus deseos, agrediendo de cualquier forma a otra persona. A pesar de que en su gran
mayoría este tipo de violencia se da desde un hombre hacia una mujer, también se manifiesta hacia menores y envejecientes
de las familias”.
Eso no quiere decir que los fiscales no manejen los casos, hacen lo mejor que pueden con
lo que tienen y el fiscal coordinador tiene entrenamiento en la psicología jurídica y forense. Sí hubo en un principio una
fiscal especializada en problemas de violencia de género y de familia (psicóloga clínica), pero ésta pidió su traslado y en
su lugar se asignó a una fiscal que se especializa en asuntos legales de violencia. Sin duda podría hacerse un mejor trabajo
en esta área.
Cuando la violencia de género abunda en una población no consigue otra cosa que deteriorarla
aún más, sólo habría que ver las consecuencias que tiene la violencia en la familia para entender que mientras mayores mecanismos
tengan las fiscalías para realizar un buen trabajo y darle un adecuado seguimiento a las mujeres víctimas de abuso, mayores
beneficios y posibilidades de desarrollo tendrá la población. Algunas de las consecuencias son enumeradas por la Escuela (2002)
en su cuadernillo educativo:
-
La violencia contra la mujer afecta a sus hijos e hijas, causando bajo rendimiento escolar y laboral.
-
La familia que usa la violencia todos los días afecta el comportamiento de sus integrantes y pueden influir
en la adopción de conductas delictivas.
-
El maltrato deteriora el amor propio y la autoestima.
-
Cuando la presión psicológica es continua la víctima es vulnerable al alcoholismo, la depresión o a los
intentos de suicidio.
-
Las mujeres maltratadas se convierten en agresoras de otros miembros más vulnerables de la familia.
-
La armonía, la felicidad y hasta el bienestar económico se ven afectados por la violencia en casa.
Entonces,
los mecanismos con que cuentan actualmente no resuelven la demanda de estas mujeres, ya que las que consiguen denunciar muchas
veces empeoran su situación porque no se les da un seguimiento adecuado a sus casos. Es debido a la incompetencia en la puesta
en práctica de dichas medidas, que las mujeres denuncian hasta dos y tres veces. Eso sin contar las que resultan muertas porque
el agresor se cansó de que se lo llevaran preso.
Si se sigue aceptando un trato mediocre a esta problemática, los casos seguirán multiplicándose
a niveles incontrolables. Lejos de solucionarla, se contribuye a la desconfianza de la mujer en el sistema. Además, de las
posibles influencias de la situación familiar en el comportamiento posterior de los hijos e hijas (como conductas las delictivas).
Con relación a las responsabilidades de la secretaria, ésta se encarga de recibir al querellante,
recibir y transcribir las denuncias en las actas y en la computadora, de programar las citaciones, de organizar la agenda
de los fiscales, de mantener al sistema en orden (llevar archivos y expedientes) y de vez en cuando también se encarga de
adecentar las instalaciones. Lo anterior parece ser una sobrecarga de trabajo para una secretaria. Por supuesto que podría
encargarse de pasar los datos a la computadora y de las funciones administrativas, pero el hecho de que el sistema recaiga
sobre ella no hace más que evidenciar la falta de personal. Las habilidades requeridas para un puesto de secretariado no abarcan
conocimientos amplios en el manejo de conflictos, ni dominio de tecnicismos necesarios para registrar adecuadamente la denuncia.
No todo está mal, hacen el trabajo. Cuentan con la experiencia necesaria para manejarse
adecuadamente en esas condiciones y es frecuente que dispongan de sus propios recursos para solucionar los casos, y esto no
debería ser así. La fiscalía debe proporcionar estos recursos.
En lo que
se refiere a la Fiscalía de Gualey actualmente laboran allí 6 personas, entre ellas un fiscal-coordinador, dos fiscales adjuntos,
una psicóloga, una secretaria y un oficial de seguridad. Para la dimensión del lugar en que laboran, esta sobrepoblación puede
significar una dificultad probable para el ejercicio adecuado de sus labores. Inclusive, algunas de las comodidades que poseen
resultan contraproducentes, como comenta uno de los fiscales: “tenemos una planta eléctrica, pero la falta de espacio
impide ubicarla en el exterior del recinto por lo que preferimos no utilizarla. El ruido es tan desesperante que la secretaria
prefiere esperar a que llegue la luz para pasar todas las denuncias a la computadora. A nosotros incluso nos impide escuchar
bien a los denunciantes”.
Así mismo
sucede con las sillas. El problema no es solo que hacen falta más, sino que es tanta la gente que acude a esta fiscalía que
el espacio no da abasto en el “recibidor”; generalmente los querellantes esperan horas de pie.
Las condiciones
de recepción de casos y de entrevistas son decadentes (porque se realizan en esa misma área). Hay una arquitectura y un entorno
inadecuado para la ejecución de las labores cotidianas. Todo esto es importante porque obstaculiza el alcance de los objetivos
que se plantea la institución como entidad gubernamental.
Otros efectos
del espacio se visualizan en el descontento del personal que carece de la privacidad y de la comodidad necesaria para recibir
ciertos casos, como son los relacionados con asuntos de familia. La fiscal encargada de estos comparte el espacio con la psicóloga
clínica asignada y por motivos de confidencialidad, en muchos casos se ve en la necesidad de pedirle que salga.
Las funciones
dentro del departamento no están bien delimitadas, tampoco las responsabilidades que le atañen a cada cual. En primer lugar,
resultó evidente en las entrevistas realizadas al personal, el desconocimiento que comparten los fiscales de una autoridad,
que en este caso debía ser el coordinador. Esto es importante; lejos de ser positiva una relación funcional, en este caso
sólo contribuye con la ineficiencia e inexistencia de una distribución apropiada de las responsabilidades. En segundo lugar,
se pudo observar que el principal cúmulo de casos se haya en el área de asuntos de familia. Esto origina una sobrecarga en
la persona responsable de manejar estos casos. Conlleva muy frecuentemente a una larga espera por parte de las personas involucradas
a las que vimos permanecer desde primeras horas de la mañana y partir de todos modos sin haber sido atendidas.
La mayoría
de las personas que tienen funciones clave carecen de la disponibilidad de tomar medidas a pesar de ser las más adecuadas,
que estén más allá de las mecánicamente preestablecidas.
Se presenta
además un desacuerdo entre la metodología básica de registro de las informaciones: lo que impacta en la fiabilidad de la información
al momento de disponer de esos datos para fines de investigación. Esto está directamente relacionado con la insuficiencia
de material gastable y la inexistencia de formularios y actas de recepción de denuncias, que evitan omitir el registro de
información útil. En algunos casos se llevan récords y expedientes, en otros simplemente no. Es esta situación es la que hace
cuestionar acerca de si el seguimiento en esta institución es una prioridad. Por supuesto que con esto no se intenta cuestionar
la capacidad del personal, que durante todo el proceso de investigación demostró un dominio profundo de los conocimientos
necesarios para desempeñar la función y una experiencia invaluable con relación a las situaciones que allí se enfrentan a
diario, al grado cultural de quienes acuden a sus servicios y a las condiciones en las que se manejan. Simplemente se considera
que una mejoría en las condiciones físicas, en la distribución apropiada del espacio, la disponibilidad de material gastable,
en la delimitación de las funciones, etc. Contribuiría a la reorientación del dominio, más que aceptable, que demuestra el
personal de esa institución.
Trabajando
en el Campo
Levantamiento de Cadáveres:
Luego de una experiencia de varios meses participando junto a los médicos legistas en los
levantamientos de cadáveres se pudieron apreciar los procedimientos implementados en la escena de un crimen. Dichos procedimientos
podían variar dependiendo del médico legista de turno y del equipo que se encontrara en la escena, por lo regular dos policías
y un fiscal.
El equipo se dirige al lugar del hecho después de haber sido alertados por el operador de
homicidios y una vez allí realizan diversas funciones que van desde redactar un acta (por parte del fiscal) hasta interrogar
a cada uno de los presentes en la escena indistintamente de que sean familiares o testigos del hecho (por parte de los policías).
Lo curioso es que a pesar de que se realizan varias tareas ninguna tiene que ver con la protección de la escena y mucho menos
con la recolección de evidencia. Quizás por ignorancia, quizás por negligencia, pero lo cierto es que el personal encargado
de preservar el área es justamente quién lo contamina.
Las personas que intervienen en el manejo del cadáver no son en su mayoría especialistas.
Aunque dentro de lo que cabe, los médicos legistas se dedicaban a realizar su trabajo adecuadamente y en lo que tiene que
ver con sus funciones, casi nunca se extralimitaban. En una ocasión uno de los médicos legistas, al darse cuenta de que la
causa de la muerte no correspondía con el testimonio, en un intento por conocer la verdad tomó la iniciativa e hizo las veces
de investigador. Si bien es cierto que se extralimitó, su conducta se justifica porque no había ninguna persona a cargo de
esclarecer el verdadero motivo de la muerte y al final ésta quedaría impune como sucede en muchos casos.
En otra ocasión el legista se encargó de llenar todos los papeles de lugar fluidamente;
manejó la profundización del lugar y la investigación que ameritaba, reclamó la presencia de una magistrada de asuntos familiares
y del menor, porque lo consideró necesario; y dirigió todo el proceso, desde su llegada al domicilio de la occisa hasta el
interrogatorio y la orientación legal de los tutores; el legista incluso, pidió por un fotógrafo para registrar la evidencia
pertinente (pero a falta de alguno, tuvimos que proceder a tomar nosotras mismas las fotos). Ese es otro ejemplo de que el
médico se extralimitó en sus funciones pero frente a una necesidad evidente.
Una queja general, consiste en la impuntualidad frecuente en el médico legista. A veces
transcurren horas y todavía el cadáver se encuentra expuesto a la curiosidad y al morbo del público, eso no se justifica;
independientemente de que la policía cuente con equipo y personal para buscar y trasladar al médico, un médico por día (así
son asignados los turnos de los legistas) no da abasto ni para la demanda, ni para la jurisdicción que le corresponde. La
impuntualidad no siempre responde a negligencia del médico, intervienen factores como el tránsito, las condiciones climáticas,
cantidad de occisos, etc.
Resulta impresionante el hermetismo con que todavía se maneja la información que se recoge
durante la escena; si no se es un policía, el mismo personal se muestra reacio a cooperar, cuando lo cierto es que los policías
no son los encargados de buscar evidencia ni de manipularla, ese trabajo deberían realizarlo los especialistas en el área.
Léase un equipo ó unidad de recolección de evidencias. No es el trabajo del médico legista buscar evidencias, ni siquiera
en el cuerpo de la víctima a menos que el psicólogo forense lo amerite debido a que lo exige la investigación.
Las condiciones de trabajo son precarias, carecen de los equipos necesarios para realizar
su labor adecuadamente. La ropa de los cadáveres se desecha en zafacones comunes dentro de la misma morgue, sin haber sido
previamente analizada (a través de las marcas de sangre y partículas que se alojan en los tejidos se pueden postular teorías
complementarias en relación a la distancia víctima – víctimario, la posición del cuerpo antes, durante y después del
impacto, entre otras). Los freezers están descuidados, parecen no ser suficientes para la cantidad de cuerpos a almacenar;
su condición da cuenta de mal uso y parecen no funcionar; en el caso en que los cadáveres intentaron ser reanimados, no existen
récords que den cuenta del cirujano a cargo, de cómo entró el cadáver, cómo salió, qué tan adecuada fue la intervención...
Todo lo anterior no hace más que evidenciar que no se cuenta ni con el equipo, ni con el
personal capacitado en la recolección de evidencias. Se pasa por alto la preservación de la escena y todavía la policía no
consigue evitar que algunos individuos alteren la escena del crimen y se roben los efectos personales de la víctima, eso sin
contar con el barullo de gente que por lo regular se forma en torno a un cadáver que yace tendido en el pavimento luego de
un accidente automovilístico ó un intercambio de disparos.
Trabajando
en el laboratorio
Instrumentos y recursos
de investigación:
Tras haber sido orientadas acerca de los diferentes técnicos y recursos con los que posiblemente
se contaban a nivel de manejo de evidencias en el departamento de la Policía Científica de la Policía Nacional, fue que se
decidió indagar al respecto y de esa manera no dejar de lado los posibles avances en la parte práctica de la investigación
forense.
Más que nada, el interés surge de la sorpresa que representó la existencia de una Unidad
que se encargara del procesamiento de la escena, ya que durante el trabajo con los médicos legistas en los levantamientos
nunca se observó a alguno de los miembros de esta Unidad. Así fue como se tomó la determinación de dedicar los últimos dos
meses de investigación en profundizar acerca de esta “nueva” área de aplicación.
La dirección del departamento de Policía Científica se mostró muy dispuesta a colaborar
con los propósitos de la investigación desde el principio, alegando la necesidad de profesionales en el área. Gracias a esto
se tuvo la oportunidad de participar en un recorrido a través de las instalaciones, lo que permitió conocer los recursos de
los que disponen para realizar sus pruebas. Además se obtuvo un material que describía de manera detallada cada uno de los
procedimientos que se pretenden llevar a cabo por todo el equipo que conforma la Policía Científica; se aprovechó esa información
para relacionarla con nuestra experiencia en el área y así proporcionar un panorama más o menos realista de lo que está sucediendo:
Cadena de Custodia
Anteriormente se había introducido y explicado el tema de la escena del crimen y su tratamiento,
incluyendo allí la identificación y el levantamiento y posterior embalaje de las evidencias. En este momento nos gustaría
tocar el tema pero partiendo de la experiencia dominicana en dicho campo, debido a que como antes se aclaraba, el tratamiento
de las evidencias pueden variar según la jurisdicción.
Partiendo entonces de un informe redactado por la Policía Científica es que se puede profundizar
en el tema del tratamiento de la evidencia en nuestro país. Es necesario mencionar que dicho informe fue elaborado a finales
del 2004 y comienzos del 2005, es decir, que no ha sido sino hasta hace unos meses del presente año que se están tomando en
cuenta toda una serie de procedimientos que deben de llevarse a cabo durante el análisis de una escena de crimen. Con esto
lo que se busca es aclarar que dichas normas no siempre se toman en cuenta, a veces por desconocimiento y otras por negligencia
del personal que aun no se acostumbra a trabajar con las nuevas instrucciones.
Por otro lado está la problemática de que, lamentablemente, no se lleva a cabo un análisis
minucioso por falta de recursos, equipo y personal. Sucede que la Unidad de Recolección de Evidencia, una de las partes claves
en este proceso, sólo es enviada a casos especiales. Eso sin tener muy claro el criterio que se toma en cuenta para elegir
dichos casos. A pesar de que en cuanto a personal no están tan flojos, por que lo cierto es que se han buscado a algunos profesionales
entrenados, en la práctica dichos profesionales no tienen un área de trabajo adecuada para realizar sus funciones.
El laboratorio de la Policía Científica se encuentra a mitad de su construcción y luego
de un mes de frecuentar el área consistentemente, no se observa ningún avance. Es decir que los miembros de la unidad pueden
estar fácilmente contestando teléfonos o realizando funciones muy por debajo de las que deberían estar ejerciendo.
En el documento redactado por la Policía Científica se puede encontrar el párrafo a continuación:
“De acuerdo con la implementación de la ley 76-02 correspondiente a la instauración del nuevo Código Procesal Penal,
y toda vez que la evolución científica de la investigación criminal, es necesario prestar mayor atención al lugar del hecho
para localizar, recuperar y documentar indicios que, posteriormente, serán examinados por el personal especializado y calificado
de los departamentos y unidades de la Policía Científica...”. Surge entonces la pregunta de que cómo se puede estrenar
un código que cuenta con una serie de normativas y especificaciones para el adecuado tratamiento de la escena del crimen,
si no se cuenta con las instalaciones necesarias para su efectiva puesta en práctica. Si bien es importante y ya representa
un avance el hecho de que se redacten documentos y leyes que toman en cuenta esta problemática no se puede continuar apoyando
la visión muy dominicana de que sólo el frente de la casa esté limpio.
Se reconoce en el documento que es necesario proteger la integridad de las evidencias, no
sólo porque por el punto de vista legal sea importante, sino porque además está en juego la libertad de los supuestos implicados
y ya es momento de que se vayan protegiendo sus derechos. Una de las maneras de lograrlo es evitando que se altere la evidencia
y para ello es esencial que la misma se conserve en las mejores condiciones y se le de al adecuado tratamiento. De ahí surge
el interés porque todo el personal implicado en una escena de crimen esté familiarizado con los procedimientos, en el documento
también se toma en cuenta esta preocupación y por eso hablan de una cadena de custodia que inicia en el lugar donde se obtiene
la evidencia y finaliza por el orden de la autoridad competente. Es decir que este proceso, tal como ellos lo explican, no
sólo están implicados los miembros de la Policía Nacional sino que además están los miembros del Ministerio Público que dentro
de sus funciones tengan contacto con la escena.
Entendiedo que estas técnicas son nuevas y que este documento se supone debe de llegar a
toda la policía y/o miembros de los organismos implicados y es responsabilidad de cada institución el dar a conocer el contenido
de la Cadena de Custodia, pero el proceso de información y adecuada implementación de estas normas debió haberse hecho con
antelación, antes de que el código se pusiera en vigencia porque ya estamos retrasados.
Cadena de Custodia: “es el conjunto de procedimientos tendientes
a garantizar la correcta preservación de las evidencias encontradas en el lugar de los hechos; durante todo el proceso investigativo,
y que dentro de la etapa del juicio, servirá de prueba para que el tribunal de justicia decida sobre la responsabilidad o
inocencia del imputado”. Dichos procedimientos se basan en el siguiente Marco Legal:
-
El Artículo 88 del Código Procesal Penal en el cual indica que el Ministerio Público dirige la investigación
u ordena practicar las diligencias pertinentes y útiles para determinar la ocurrencia del hecho punible y su responsable.
-
El Artículo 91 del Código Procesal Penal en el cual señala que la Policía, por iniciativa propia, en virtud
de una denuncia o por orden del Ministerio Público, debe investigar los hechos punibles de acción pública, impedir que se
lleven a cabo, completen o extiendan en sus efectos, individualizar a los autores y cómplices, reunir los elementos de prueba
útiles para determinar la verdad sobre la ocurrencia de los hechos y ejercer las demás tareas que le asigna su ley orgánica
y este código.
La cadena de custodia inicia desde que se llega a la escena del crimen a colectar la evidencia.
En el documento de la Policía Científica se especifican los procedimientos a realizar para un tratamiento adecuado de dicha
escena y de su evidencia, a continuación presentamos esos procedimientos:
Protección y Valoración de la escena:
Se reconoce en esta primera parte de la cadena, la importancia que tiene el mantener la
escena protegida y conservada adecuadamente. La observación que se hace en el documento acerca de que el personal policial
que acude al lugar del hecho debe de velar porque la escena se mantenga intacta, es decir, que debe de cuidar que nadie toque
o mueva nada de lugar, proteger, preservar y asegurar la escena para evitar la pérdida o alteración de los elementos físicos
(indicios) es un punto muy importante. Todo lo anterior en teoría, sería bastante reconfortante si llegara a aplicarse, ya
que durante la experiencia salieron a relucir un sin número de irregularidades que se cometen en la escena, faltas que van
desde dejar entrar a las personas a la escena sin la más mínima conciencia de la evidencia hasta no poder evitar que se sustraigan
las prendas de la persona fallecida. Si se empieza con hacer cumplir esa parte de la cadena sería sin duda un progreso.
La observación de la escena:
Según el documento policial la observación consiste en el examen completo, metódico y meticuloso
del lugar, con el fin de encontrar todos los indicios posibles para determinar su relación con el hecho. Esta fase se realizaría
con efectividad inmediatamente se encuentre en el lugar del hecho un grupo entrenado, como por ejemplo la Unidad de Recolección
de Evidencia. Pero como se mencionó antes, dicho equipo no acude a todos los casos y por experiencia personal se pudo comprobar
que esa observación en muchos casos es incompleta por no decir que no es tomada en cuenta. Un ejemplo de ello consiste en
que un caso de suicidio en una zona pública no se pudieran hacer cumplir ninguna de estas fases ya que debido a la cantidad
de espectadores hubo que trasladar al cuerpo inmediatamente y sin las precauciones necesarias. No obstante, en el documento,
que podría también servir de manual se plantean varios pasos a seguir para realizar una observación adecuada: Programar las
actividades que pueden llevarse a cabo en el lugar; especificar cuáles son las situaciones y responsabilidades del personal;
el plan de trabajo dependerá de las características generales del lugar; de si se trata de un espacio abierto, cerrado o mixto;
actuar con calma, seriedad y profesionalismo; aceptar que no existe nada tan insignificante que no se considere importante
y establecer métodos de observación.
Recolección, embalaje, rotulación y traslado de indicios al laboratorio de Criminalística:
"El personal de la Policía Científica ejecuta todas las acciones de orden técnico, con
el fin de recolectar, embalar, rotular y transportar los indicios al Laboratorio de la institución, ingresando al centro de
acopio de evidencias (almacén), en condiciones de preservación y seguridad que garanticen la identidad, integridad, continuidad
y registro de los elementos físicos de acuerdo con su naturaleza". Evidentemente se habla de una parte de la cadena de
custodia que en estos momentos no es posible cumplir a cabalidad, porque si bien se ha visto que la Unidad recolecta las evidencias
en casos especiales y que además las rotula y transporta, en lo que se refiere al trabajo en el laboratorio se queda corto.
Es cierto que se hacen algunas pruebas en serología y balística, principalmente en esta
última, que es una de las áreas del departamento que realmente está laborando pero con evidentes deficiencias, si cuentan
con varios equipos importantes que incluso en el marco teórico se mencionan, dichos equipos serían: una balanza digital, un
microscopio y un microscópio comparativo (según nuestro guía uno de los mejores en Latinoamérica ya que cuenta con tecnología
de punta en este campo). Además de que tienen un tanque de agua especialmente preparado para hacer las pruebas de balas. Pero
eso no evita que en el área no hayan condiciones favorables para el trabajo, ya que se encuentra a mitad de construir y no
hay ventilación. También se encuentran funcionando las áreas de documentoscopía y dactilosopía, que aunque son ejercidas por
un mismo personal, se cumple cabalmente con las funciones requeridas(ésa es nuestra opinión).
Se sabe que las profesionales de serología se encuentran laborando pero es evidente que
no llegan a completar su trabajo, por lo menos de la manera más efectiva debido a que no cuentan con una sección adecuadamente
habilitada para las pruebas que allí deberían realizarse.
En cuanto al almacén donde debe de guardarse la evidencia para que se mantenga en condiciones
óptimas, es preciso aclarar que no existe como tal, hay un espacio destinado para su existencia pero sin ningún tipo de condición
que permita cumplir con su función. Sin embargo, el documento es muy específico en cuanto a los pasos a seguir para cumplir
con la cadena de custodia, a continuación detallamos los mismos: Inicia con la observación y búsqueda de indicios, la fijación
fotográfica y planimétrica del lugar de los hechos, y termina con la entrega de los indicios en el centro de acopio de evidencias
(almacén); quien entrega y quien recibe los elementos físicos debe verificar que el embalaje y rotulado este perfecto e íntegro
registrando en el formato de cadena de custodia. En el caso de detectar alguna alteración en el embalaje y rotulado se debe
dar parte al jefe, superior jerárquico o autoridad competente, dejando constancia escrita de ello en el formato, si es posible
se deberá fijar fotográficamente la anormalidad; el representante del Ministerio Público o autoridad competente dispone el
envío de los elementos físicos de prueba a las instalaciones de la Policía Científica, teniendo en cuenta los principios de
pertinencia, utilidad y legalidad de la prueba y finalmente, los peritos de las diferentes secciones de Policía Científica,
examinan los elementos físicos de prueba siguiendo las técnicas y procedimientos establecidos. Además elaboran el informe
pericial, el cual estará dirigido al representante del Ministerio Público competente, dejando constancia en el formato de
cadena de custodia de su actuación.
Ingreso y Custodia de los elementos físicos en el Centro de acopio, bodega ó almacén
de evidencias:
Tal como lo especifícan en el documento, esta actividad es necesaria para garantizar el
éxito de la cadena de custodia, ya que se trata del ingreso y adecuado tratamiento de la evidencia dentro del departamento.
Pero esta es otra de las fallas, ya que si bien se realiza el ingreso de la evidencia no se puede estar completamente seguro
de su apropiada custodia y almacenaje debido a las condiciones en las que se encuentra el área.
El procedimiento a seguir que la Policía Científica propone es el siguiente:
1.
El representante del Ministerio Público debe disponer u ordenar el envío a la Policía Científica de los elementos físicos
que servirán como evidencia.
2.
El encargado de recibirlos, deberá hacerlo verificando su embalaje y rotulado, lo clasifica y ubica dentro del local, efectuando
los registros correspondientes (formato de la cadena de custodia y el sistema de registro manual o electrónico con que se
disponga).
3.
En el organigrama de la nueva Policía Científica está contemplada la inclusión de un representante del Ministerio Público
que recepte las evidencias de manos de los Ministerios Públicos afectados a cada departamento policial.
4.
Quien entrega y quien recibe los elementos físicos debe verificar que el embalaje y rotulado esté perfecto e íntegro, registrándolo
en el formato de cadena de custodia.
5.
La Policía Científica será el custodio de los elementos físicos y cuando éstos sean solicitados deberá adoptar el procedimiento
establecido y llenado los formularios y registros correspondientes.
En el documento se especifica la existencia de un custodio responsable de recibir la evidencia,
en realidad sí existe una persona en el área de la Policía Científica que se encarga de recibirla eviden, el mismo está relativamente
preparado en su área, pero sólo se encarga de recibirla y llevarla a la sección en donde se va a trabajar, pero en el área
de almacén no hay ningún personal autorizado.
Solicitud de remisión de los elementos físicos del centro de acopio, bodega o almacén
de evidencias:
Por lo menos en esta parte, los pasos se cumplen en la mayoría de los casos (por lo que
se pudo observar). Por el momento se realiza tomando en cuenta estos pasos:
1.
Para la remisión de cualquier indicio o evidencia que haya ingresado al centro de acopio de la Policía Científica, debe haber
una orden o solicitud del Ministerio Público la cual se transmitirá vía jefatura de la Policía Nacional.
2.
La orden será mediante un Oficio en el cual se solicite expresamente el traslado o traspaso del indicio o prueba, a un lugar
o destinatario.
3.
La Policía Científica verificará que la documentación se encuentre con la autorización del director.
4.
Deberá ubicar físicamente el o los elementos físicos. Registrará el traspaso y demás anotaciones establecidas en el formato
de cadena de custodia y en el sistema de registro manual o electrónico de la dependencia.
5.
La que recibe el elemento físico deberá verificar que lo que está recibiendo es lo pedido en el oficio, registrará su recibo
y los trasladará al lugar dispuesto por la autoridad solicitante.
Ingreso, custodia y análisis de elementos físicos en el laboratorio de criminalística:
Existen una serie de pasos a seguir para la adecuada recepción de la evidencia y su posterior
tratamiento. La disposición final de los elementos físicos solamente puede ser dispuesto
por el Ministerio Público o por el juez, en otros casos y dependiendo del tipo de evidencia son devueltos a sus respectivos
dueños. Los archivos pueden comprobar que en ése aspecto se cumplen las disposiciones, pero sólo en casos “especiales“.
Existe un proceso cronológico de la escena del crimen y de la cadena de custodia que es llevado a
cabo por la Policía Científica (o por lo menos debería estarse llevando a cabo).